viernes, 5 de agosto de 2022

Recopilatorio de la pausa

Impronta
 

 A la sombra del lóbrego ciprés
las orugas vislumbran su morada
cuando abjura la pérdida exhalada
en la ausencia espinosa del envés.

A la sombra del ávido ciprés,
no hace mella la lágrima otorgada
mas empapa la súplica enraizada,
vana ofrenda a los cielos del revés.

A la sombra de sombras por haber,
los lamentos convergen en la tierra
a la espera de todo lo nacido,

mas aquello que aguarda por nacer
no aventura en la fe a la que se aferra
su destierro en impronta concebido.
 
 
El eco de las polillas
 

 Ya que no sirven mis manos
para arriar la vela
del ocaso infalible,
ya que no sirve mi voz
para convocar a las ratas
que devoran los papiros
en el sótano de tu abrazo,
ya que no sirve mi espalda
para aliviar la tuya,
pondré al menos mi carne,
que la desgarren tus vientos,
y que apresen mis huesos aquello
que tu palabra encalla.


Marco Aurelio sí me suena


Yo, Marco Aurelio no sé
muy bien quién era.
Me suena a político,
a este mítico que dice
“¡no más nosecuanto!”,
el que tiene ese encanto
como de feriante.
O quizás es un cantante,
o el señor ese elegante
que habla de famosos,
el del bigote.
O el rapado con dos osos
en un tattoo del cogote,
el que sale con esa
del escote princesa
de honor,
que a veces vocifera
sin mostrar temblor
en su rostro de cera
– debe ser ventrílocua –,
y jamás altera
– ni de forma equívoca –
su voz como de helio.
Yo, Marco Aurelio
No sé bien quién era.
pero uno de esos debe ser,
que en el mismo programa
los vi aparecer.

 
Encaje
 

Gritaremos horizontes
unísonos de nuestro rumbo, aún
izados en la corriente
silenciosa de la deriva.
Andarás descalza,
noctívaga de mi memoria,
talud de mi ocurrencia,
inicio de mi mirada,
nombre de mi escondite.

Caminaré abrigado,
huérfano de desierto,
oyente de tu alba,
riel de tu abrazo,
ancla de tu barco
juramento de tu fuero,
incendio de tu noche.


Ninja Pollino, accusatio manifesta


¿Pues no van y me llaman
para dar clase? ¡Para dar clase!
Cuando esta misma mañana
me desperté cantando una canción
que no recuerdo… ¡Que no recuerdo!
Y anteayer mismo compré una bolsa de esas que llevan aire, por 1.85€, y ponía en letras amarillas “Ahora con un 50% más” – de aire –. ¡Un 50%! Pero si echaban por la tele la película de Ninja Asesino – que viene a ser lo que promete – y yo con mi bolsa de aire la pillé para el final… ¡Para el final! ¡Cuando cuida un bonsai! ¡Y la bolsa sin abrir! ¡Y ni siquiera conozco la banda sonora!                ¿¡¡Que no veis aquí el problema!!?

Y, para más inri, ¿no van y me dicen por teléfono “no obstante, le comunicaremos en septiembre su docencia”? ¡Por Dios! ¡Excusatio non petita, debajo del culo lo tiene!


Larva de mar
 

A veces extravío mi ausencia
de branquias. Se me olvidan
los cabos de letra y sangre
que recorren mis huesos densos
y me amarran a salvo.
A veces sospecho
que no he nacido del todo,
que soy tan solo
una larva sofisticada.


Arena


Soy unos pasos
reiterados en la inmediatez
de los mirlos, una promesa
cotidiana.
Soy una suerte
de huellas trenzadas a la orilla
de titanes ajenos a mi noche.

 
Alhambra


Ya no hay turbantes ni tronos
con sultanes ni princesas,
ni los músicos sin ojos
que velaban sus siluetas.
Ya no retumban los cascos
de caballos en las piedras,
ni anuncia ya la campana
el albor en la dehesa.
Mas aún cae el ocaso
por la Torre de la Vela,
y sigue el agua corriendo
por el patio y la escalera,
y sigue habiendo cipreses
que recuerdan las mancebas.

Ya no estaré yo mañana,
no me veré en sus albercas,
mas aguarda ajena al tiempo
tras su bosque de palmeras
la Fuente de los Leones
a la paloma sedienta.


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