lunes, 6 de julio de 2020

No hay fronteras


Sí que he visto barcos quedarse
anclados frente a la respiración
amenazante de lo eterno,
o acaso ante el bramido
colérico de la muerte.
Sí que he visto montañas enhiestas
como cipreses, tercas
como el tiempo mismo
desbaratar la mirada
de lo próximo,  con su escarpado 
alegato inapelable.
Sí que he visto palabras
esconderse, brazos amedrentados
en la guarida de su torso,
labios lacrados y vistas
de reojo.
Sí que he visto líneas, y barrotes,
y cifras implacables, ebrias
de dicotomía, y he visto
acuerdos, desacuerdos y sesudas
enciclopedias y taxonomías.

Y también he visto sus nuevas ediciones.
Y desde alguna galera sin más
brújula que la ignorancia
he visto criaturas de alas
grises y hogar mudado
- que, solo imagino,
alcanzan a verme -
llover de duda
las respuestas marchitas.

Solo he visto fronteras
trazadas en el artificio
de demiurgos domésticos.


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