Disculpa mi mirada marchita
por su pleitesía no fingida.
Lagunas en mi conciencia,
nunca fue mi intención
que aquella lacónica huida
se erigiese de forma alguna
detonante del silencio.
Rescindo mi anclado bautismo.
Destierro mi afán de refugio.
Desisto mi rol al abismo.
Ni causa, ni fin, ni artilugio.