Sentí el cobijo de la savia
enraizando en mis venas
de arena, templando
mi sangre entre viejos
conocidos de las aves
nocturnas.
Bullen sus brazos repletos
de orfebres por reflejo
innato, valedores casuales
de un manantial perenne
de oxígeno novicio.
Llegué con la demanda
del viento, y sumergido
en su ofrenda me devuelvo
como la pura consecuencia
del aire.
Muy Ancient Winds :)
ResponderEliminarSupongo que tenemos algunos temas recurrentes ;)
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