El chico esbelto del ático aguardaba
en el ascensor. Tras cuatro pisos comenzó a hablar del tiempo. Su voz ausente propagaba
madera astillada por la espalda. Dijo que le gustaban mis guantes. Cuando quise
mirar mis manos desnudas oí un golpe acolchado. Él se agachó a coger algo. Traté
de pulsar el botón de abrir la puerta, pero sólo logré ensangrentar el panel
con mi cúbito impotente.
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Microrrelato seleccionado para publicar en la antología: III Concurso de microrrelatos de terror "Microterrores"
Entidad organizadora: Diversidad literaria
Me encanta, es espeluznante, macabro.
ResponderEliminarFelicidades!!
Gracias =)
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