martes, 31 de diciembre de 2013

El hombre vela


Se revela maldito el personaje
por lacrante virtud malentendida,
y es que eterna pudiera ser su vida
si a la sombra rindiese vasallaje.

Coronando el romántico chantaje,
una mecha que no ha de ser prendida,
truco infame, mortal y ardiente herida,
redimida finando en luz su viaje.

Aspiró a quebrantar tal maleficio
derritiendo retinas indolentes
con fatídica y sacra llamarada.

Consumido en tan vano sacrificio,
precipitan sus sueños en pacientes
afluentes de cera chamuscada.


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miércoles, 25 de diciembre de 2013

No ser tu poeta



Podría mudarme, como tantos otros,
a los ígneos ocasos,
a los fieros torrentes,
a las flechas gamberras.

Podría embaucarte, como es costumbre,
con canciones de faunos,
con arbóreas caricias
entre versos frondosos
de verdad emboscada.

Podría contarte historias
de piratas eternos,
quizá guardando en su cofre
de sangrados tesoros
el timón y el viento
de su vil galera.

Podría inventar un idioma,
o acaso recordarte
alguno ya oxidado,
para estudiar su forma,
para mentir sus frases
mientras criamos canas,
escondite insuperable
en inviernos perennes.

No es tan complejo, en realidad.
Podría encallar mi mano
en orillas de escuálida prosa
como rebelde vendetta,
que nunca podría
no ser tu poeta.


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viernes, 22 de noviembre de 2013

¡Tráela!


­Era una de esas ocasiones en las que sólo eres consciente de tus errores cuando el mundo que dejas a tu espalda deja de existir. Cuando las miradas cálidas y cómplices, la sincronía infinita, el átomo perfecto, implosionan en silencio, dejando una líquida nuca como inerte carcasa.

Me negué a dirigir la vista a la fatídica escena que se revelaba ante mí, consciente como era de que su densa gravedad trataba incansable de devorar cualquier indicio de esperanza, con la eficacia que sólo los tejidos oníricos te permiten alcanzar. Y me grité. ¿Qué otra cosa podía hacerme? Me grité desgañitadamente en una sala en la que sólo yo me escuchaba, en apariencia impertérrito, desde el otro lado. A medida que mi voz comenzó a resultar atronadora, las paredes y el techo, empáticos con mi desesperado reclamo, se estrecharon tratando de reflejar el sonido más rápidamente. La intimidad que nos rodeaba sucumbió con la paulatina y discreta aparición de anónimas siluetas que, impasibles, dirigían su mirada gélida hacia el cada vez más próximo extremo opuesto de la sala, donde yo parecía empeñado en fingir que no me estaba escuchando.

Llegado el punto en que el clamor se hizo casi insoportable, hice un gesto con el hombro con una cínica pose de indiferente concesión, señalando una puerta a mi derecha. De aquel hueco surgió un recuerdo de incontestable belleza y maquiavélica similitud con mi mitad perdida. Trató de atraerme y transportarme con explícito deseo, pero su mueca resultaba grotesca, y el hecho de que existiese un reflejo en el plano real ridículamente obvio. Me quedé observando mientras desaparecía, sin perderme de vista, y con una absurda expresión que parecía denotar confianza ciega en que seguiría sus pasos. Ella no tenía la culpa de estar allí. Pero alguien era culpable de haberla traído. Cuando desapareció por completo me volví hacia mí, conectado con las mismísimas entrañas de la tierra, para desparramar con volcánica furia los más cavernosos y lacerantes aullidos jamás emitidos por ser alguno.

Sonó una metálica bocina que me hizo levantarme y abrir los ojos en un lugar de largo menos prometedor y más despiadado.  No estaba dispuesto a darme por vencido, con que ignoré la bocina y cerré los ojos con letal decisión.

De inmediato volví a encontrarme con aquella sala de imparciales testigos, conmigo disertando monótonamente en el extremo opuesto. Con inabarcable arrojo hice acopio de todos los elementos que podía controlar y los moldeé para dispararlos en forma de vocablo inteligible contra mi contraparte, arquitecto y director de aquella burla:

 -       -      ¡¡¡¡TRÁELAAAA!!!!

Se hizo por un momento un silencio en el que todos, presentes y no presentes, se volvieron hacia mi combativo yo, expectantes. En esta ocasión descompuse mi fachada indiferente para dirigirme una mirada de colérico odio, desquiciado como estaba por el boicot continuado al que estaba sometiendo el plan. Pero, esta vez sí, me concedí mi petición. Más o menos.

Allí estaba ella, al fin,  pero unos 10 años más joven de lo que debiera. Pequeña, esmirriada, de nariz desproporcionada, cuidadosamente cubierta de acné y con unos preciosos ojos que delataban que te hallabas frente a un ser desgarradoramente único. Estaba llorando, naturalmente; la había asustado. Cuando cesó su llanto (pronto, antes de que me diese siquiera tiempo a decidir cómo consolarla), me acerqué, entre temeroso y arrepentido, y le pregunté:

-        -      ¿Te doy miedo?

Ella, con brillante inocencia, sonrió y contestó que no. Ajena por completo a mi presencia, se fue a jugar con alguien, o con algo.... no estoy seguro en realidad. Desde luego, no era eso lo que estaba esperando. Pero me permitió saber que en lo más profundo de aquel ambiguo y descontrolado plano había un lugar en el que su identidad se conservaba intacta… y, por tanto, existía esperanza de traerla de vuelta por completo. Observé como, en el otro extremo, había recompuesto mi expresión pétrea. Supe, no obstante, que era consciente de mi  victoria. Y supe, además, que era lo máximo que conseguiría en aquella ocasión… con que me di la vuelta y salí de la estancia.

Me encontré en un centro comercial en el que una especie de apisonadoras fregaban el suelo de forma automática. Y yo me empeñaba en subir las escaleras mecánicas caminando hacia atrás.  Y no me importó lo más mínimo. Y abrí los ojos. Y me di una ducha.

martes, 5 de noviembre de 2013

En su trino



Nocturnas aves mecen en su trino
albores extinguidos por despecho
de noches que en fanática franqueza
delatan qué es la luz y qué alumbrado.

Cerceran con su llanto adamantino
los tallos de quiméricos helechos
que ocultan con onírica firmeza
espinos de semblante lacerado

Doblegan el indómito destino
con cánticos de espíritus maltrechos,
certeros descartando la certeza,
tributos de su trance atribulado.

Fundidos en el basto y anodino
confín que en los sentidos se alcanza
avalan aciagos relatos
simpares en semejanza
a oscuros concordatos,
a rezos beatos
que si extrapolo
ya son sólo
conatos.

martes, 15 de octubre de 2013

Aves


Guarda el rumor de las aves
alejado de la necia tierra,
donde sus bípedos
intentan enjaularlo
alcanzados de belleza inalcanzable.



lunes, 23 de septiembre de 2013

Entre hermanos rotos


Aún se adivina
el agotado ocaso
en que veo mis palabras.

Las almas rotas se acercan,
solitarias, suspicaces, avergonzadas,
como vagabundos novatos.
Vienen dispuestas a delatar
su maltrecha salud
a los casuales presentes,
precio exigido y justo
con tal de soltar escombro
en el compartido horizonte.

Al llegar a mi orilla
de vistas privilegiadas
- pero sin ahogarte –
se abandonan a su herida.
Reciclan su recelo
en intimidad perfecta.
Sincronizan sus miradas
de esencias resonantes
en dimensiones ajenas,
donde los árboles
cobijan con su sombra
a amantes eternos.

Desaparecen mis palabras
junto con mis rotos hermanos
y me pregunto
si deberíamos parar
de pedir al Sol
que no se marche
y dejar nosotros
de dar vueltas.

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Esta entrada es un poco especial, en el sentido de que hasta ahora me he limitado a que cada una fuese un  poema sin ningún tipo de comentario, opinión o explicación. Pero he de romper esta tendencia para agradecer a Maria Isabel Romero Pérez que me haya concedido el premio Liebster =) 


Muchas gracias por ello y, sobre todo, muchísimas gracias por seguir pasándote por la galera en cada actualización... realmente me anima a seguir comprobar que sigues leyéndome y valorando lo que hago.

Maria Isabel mantiene un blog de poesía, http://mividaenunalibreta.blogspot.com.es/, y otro de prosa, http://lospensamientosdenieves.blogspot.com.es/. Os aconsejo a todos que visitéis ambos, porque ocurren dos cosas con esta chica: escribe muy bien y además lo hace cada vez mejor =) Esto lo avala el hecho de que, a pesar de que está empezando, son cada vez más los que se apuntan como seguidores de su blog o de su cuenta de google+. Te animo a seguir, pero sólo te lo digo para que sepas que me gustaría que sigas... porque tengo la sensación de que tienes la suficiente determinación como para echar esto adelante con independencia de lo que te digamos los demás ;)

¿Y qué es un Premio Liebster?

Pues se trata de un premio en cadena, para impulsar y promocionar los pequeños blogs que están empezando o que realmente son buenos pero la gente todavía no los ha visto. Una vez que te conceden el premio, tu debes dárselo a otros blogs y responder a unas preguntas que te deja aquel que te ha concedido el premio.


REGLAS DEL PREMIO

-Nombrar y agradecer el premio a la persona que te lo concedió y estar suscrito.
-Responder a las once preguntas de la persona que te concedió el premio.
-Conceder el premio a once blogs distintos que te gusten, que estén empezando o que tengan menos de 200 seguidores.
-Elaborar once preguntas para los blogs premiados.
-Informar del premio a cada uno de los premiados.
-Visitar los blogs que han sido premiados junto al tuyo.
-No mandar el premio al blog que te lo concedió, para no romper la cadena.

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Estas son las preguntas que nos ha hecho Maria Isabel:

1. ¿Qué te inspita a escribir?
Un poco de todo, pero pocas veces. No soy un buen escritor de los que deciden ponerse y sale algo siempre. Tengo que esperar a que se me encienda una bombilla por cualquier razón ;)

2. Tres escritores favoritos.
Por tocar más de un palo, Quevedo, Miguel Hernández y Andrrej Sapkowski

4. Un momento idílico o tu cita ideal. 
Algo se me ocurre, pero demasiado personal ;)

5. Un lugar perfecto para viajar.
Me encantaría vivir una temporada en Nepal.

6. Una frase para jamás olvidar.
Se me viene a la mente una de Ghandi: "Ojo por ojo... y todos quedaremos ciegos".

7. La película más emotiva según tu criterio.
7 almas.

8. Define: arte.
Es una pregunta difícil... quizá todo aquello que pueda despertar una valoración positiva y emocionada en quienes lo observan, ya sea por arrancar algún sentimiento, por la valoración de su significado o por admirar su mérito. 

9. Si pudieses elegir un elemento, ¿cuál sería?, ¿por qué? Fuego. Para mi representa pasión, inquietud, cambio, contraste, pureza...

10. ¿Amor o desamor? ¿Cuál crees que es mayor inspiración? 
En mi caso desamor, sin duda.

11. ¿Cuál de mis poemas tiene un significado especial para ti? 
Mi primavera termina. Quizá hay alguno que me gusta más, pero ese me llamó la atención como te dije en su día por los contrastes de significado y connotación hasta dentro del mismo verso. Y ocurre además que es el primero que leí tuyo, parte con esa ventaja emocional sobre el resto ;)

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Se me ocurren unos cuantos blogs a los que devolvería este premio, pero no 11, así que, sólo de momenyo, detengo la cadena. Prometo devolverlo en cuanto tenga un rato para bucear en blogs y encontrar mis 11, junto con las preguntas para ellos.

¡Un saludo!

jueves, 15 de agosto de 2013

Mi cuaderno de arena


Y aquí estoy, como cada día de mi vida,
agazapado frente a tu ausencia,
hundiendo una pluma inexperta
en mi cuaderno de arena.
El viento, el agua, las pisadas,
desfiguran los surcos trazados
con su anunciado manto
de infalible olvido.

Por suerte - de vez en cuando - 
tropiezo con la solidez
de cierto trozo de madera
que ajeno al tiempo, flota,
incorrupto y a la deriva.

Espero que no tardes mucho
en encontrar al fin mis palabras
porque me temo
que sólo las seguiré tallando
hasta que muera.

domingo, 16 de junio de 2013

Volcán


Sepultado en cavernas abisales
por escombros de ingrávida presencia
dormitaba en siniestra indiferencia
un titán de flamígeros caudales.

Vomitando candentes lodazales
desvelose con tarda suficiencia,
insolente, borracho en la paciencia
del que sabe infalibles sus avales.

Quise, araña, tejer a toda prisa
infinitas y elásticas murallas
cuya seda atrapase aquel incendio.

Y ardo ahora, retante en mi cornisa
de inflamables e inútiles agallas
sobre un manto de llamas en silencio.


viernes, 24 de mayo de 2013

Te propongo un pacto


Y nos quedamos, al fin, a solas.
Purgamos ahora en íntima sal
las marcas de eslabones que en secreto acuerdo
cosimos a mis muñecas y tu presencia a medias.
Dolemos los recuerdos de atropellados silencios,
de palabras vacías e inventadas,
de grotescos cadáveres de verdades.

Al fin, a solas, te propongo un pacto:

Habla por mi mano, que yo arderé
por tus ocasos de inflamable piedad.
Mira en mis pupilas, que serán
de nubes novatas y cerros gastados.
Anda en mi camino, pues prometo
llover en los ríos,
bailar con los rayos,
fundirme en la roca,
no ser en el aire.

Vive, sin recato, en mi lugar,
viento de mis alas,
madre de mis hijos,
fragua de mi barco.

lunes, 13 de mayo de 2013

Presente de bribones



Escuchaste con ávida indulgencia
disparates de absurdas dimensiones
que alimañas de todos los rincones
murmuramos por sacra penitencia.

Derrocaste en ansiada providencia
los monarcas lastrados de galones
que impregnados en mantos de sermones
legislaban con cíclica indolencia.

Y aun propones, baliza en la demencia,
voz hendida y la pluma hecha jirones,
rubricar pertinente impertinencia.

Redentora y punzante irreverencia,
blande el alma, presente de bribones,
como ajada y frugal correspondencia.



lunes, 6 de mayo de 2013

Tinta y acero



Innoble demonio al timón.
Infame a la par que certera
se esgrime la vil calavera
que impera en el negro blasón.
Titánica y roja galera,
fantasma de tinta y acero,
doblega la mar en postrero
zarpazo de podre madera.



lunes, 22 de abril de 2013

Detonante del silencio




Disculpa mi mirada marchita
por su pleitesía no fingida.
Lagunas en mi conciencia,
nunca fue mi intención
que aquella lacónica huida
se erigiese de forma alguna
detonante del silencio.



miércoles, 3 de abril de 2013

A mi río (de su afluente)



Se acicala la duda intransigente
frente a espejos de hiriente letarguía,
travestida e imprudente profecía
esculpida en arcilla inconsistente.

Van impunes delito y delincuente
por impropia y demente letanía,
que en candente expiación reconocía
magistrado novato y negligente.

Desvaría el poeta incongruente
sobre escritos de inocuas homilías
custodiados por ocre penitente.

Obstinada verdad por recurrente,
muere el paso, el pasar, los pasarías,
corre el río y salpica su afluente.





PD: ya sé que "letarguía" no existe, es letargia... denunciadme ;)

jueves, 14 de febrero de 2013

Ven


Escucha bien lo que voy a decirte,
porque será de las pocas veces
que prohíba a la rima
disfrazar lo que ha de ser dicho.
Escúchalo,
porque habrá palabras sin mañana,
que no son,
que serán cuando les digas.
Escucha porque a veces
no es suficiente
callar.
Escúchalo...
Por favor,
ven
y escúchame.

miércoles, 13 de febrero de 2013

No hay amnistía



Aciago tornaba el viento
en tórrida bienvenida,
fugaz el impar aliento,
frecuente la faz rendida.
Clamaba la mar partida
por ríos descomunales,
famélicos comensales
a mesas de exigua vida.

Tañía la fe cosida
al negro blasón retante,
hipérbole enfurecida
de impávido navegante.
Erraba el ardor errante
de avernos adamantinos
su cauce por rudos sinos
de tránsito lacerante.

Demonios de afín semblante
citados a su homilía
tejían sin par flagrante
abismo de tez baldía.
Flamante verdad vacía
relatan diez mil occisos,
que ingenuos más que imprecisos
creyeron en la amnistía.

jueves, 17 de enero de 2013

Burbujas de petróleo



Es cierto, la recuerdo.
No se escondía en absoluto.
Yo leía, sobre aquel viejo tronco,
en astuto ritual de indiferencia.
Recuerdo que rompió mis gafas
con una pedrada impertinente,
como sana trastada,
pues soy consciente, formas aparte,
de que ya no las necesitaba.

Recuerdo el día en que se fue,
pues llovía, a cantaros,
pero no como para ahogarse.
Cuando cesó el chaparrón
la busqué en su maldito castillo.
Seguían allí sus guardianes.
Discutí largo con ellos, pues
rufianes tarados, sólo dejaron paso
al darse cuenta
de que ya no custodiaban nada.

Se me ocurrió volver al tronco
por si venía a buscarme,
aunque lo encontré quemado,
y absurdo.
Sentarme allí pasmado pareció,
no obstante, lo más sensato.
Esperé paciente,
hasta que llegaron los buitres,
y siguieron las brujas,
y aunaron sus garras,
y me echaron.

Discurrí, por aquel entonces,
 que algo tan brillante
sólo podría ocultarse
en el más opaco lugar.
Lo encontré, sin mucho esfuerzo.
Un mar inmenso e inmundo,
de fango insondable,
de brea fundida,
de burbujas de petróleo.
El aire era denso y pegajoso
así que aprendí a no respirar.
Me decidí a bucear en aquella
materia nauseabunda y lúgubre.
De suerte que, a saber por qué y cómo,
cuando ya debería haber muerto,
apareció una nube del fondo
que me sacó de allí volando.

Fue al fin, en el aire,
después de tanto buscar,
que la vi, de lejos.
Deliciosa como siempre,
pero de lejos.
Os diré donde se encuentra,
por si también la andabais buscando.
Ella siemrpe está
en el preciso lugar
en el que tú no estás.