Alborea indolente antes que empieza
un traspiés de perjucio paulatino,
un revés, un paciente desatino,
un veneno imbuído de certeza.
Rebosando retórica franqueza,
puebla infame este páramo cetrino
con pretérito ayuno de destino
y futuro que a penas se endereza.
Vana vista si asoma los abismos
que en sí mismos no asertan el estrago
si el incierto reciente no claudica.
Vana psique mudada a los guarismos
y aún así se guarece del halago
que el canalla presente nos dedica.
Ojalá llegue el día en que nuestros pensamientos vuelen sin palabras libres...
ResponderEliminarOjalá =) y mientras tanto que ni palabra ni pensamiento (ni obra ni omisión ;p) se despisten en trampas oscuras.
Eliminar¡Un abrazo Wher!
La palabra nos redime o nos condena.
ResponderEliminarHuyamos de las trampas,aunque a veces sean sutiles
Un abrazo.
Sí =) el pensamiento moldea la palabra, pero la palabra ayuda a dirigir el pensamiento, se retroalimentan. Mejor hacerla una aliada, a la propia al menos ;)
EliminarUn abrazo Luna
Quizá la incertidumbre de un futuro indeterminado nos opaca el pensamiento, ahogándonos, más si cabe, en este túnel confinado de fisuras e interrogantes, donde solo caben nuestras propias palabras…
ResponderEliminarUn placer leerte, querido amigo.
Abrazo grande.
Futuros inciertos y pasados truncados... tentaciones suculentas para unos ojos a dieta ;)
EliminarUn placer verte por aquí Ginebra, un abrazo =)
Ay del futuro incierto que nos acecha y que a veces nos da tanto miedo.
ResponderEliminarUn poema escrito con maestría.
Un beso enorme.
Tiene en común con los mounstros que nos aterrorizan de niños que no existe ;)
EliminarMuchas gracias por tus palabras María,
¡Un abrazo!
Nos quieren obligar estas cuatro paredes
ResponderEliminara mirar hacia dentro y ver la cárcel
que nos tenía atados a la prisa.
No me convencen sus formas, pero las perdono. Las percibo con una actitud más didáctica que burlesca =)
ResponderEliminarUn abrazo