No es sino la derrota indemne
descendiente del inerte descuido
el tesoro que habita el ladino
cofre de la inacción desmedida.
Sea el silencio el comburente
de la llama encadenada
y la llama misma el combustible
tan próximo
e inagotable en el postrero
alcance de la razón finita.
¿Qué sería de la vida sin el fuego mágico?
ResponderEliminarOscuridad carente de luz
ominosa en su tiniebla
sin razón para brillar
Un abrazo!!
Nada bueno sería muchacha, a quemar se ha dicho ;)
EliminarUn abrazo Wher =)
Creo que el silencio,tal como expresas es el mejor comburente muchas veces para la razón, darle ese fuego a veces es la mejor acción. Es mejor un silencio a tiempo,que también puede encender la llama.
ResponderEliminarUn saludo!
Es el comburente necesario muchas veces =) Y puede ser terrorífico, puede prender llamas inesperadas, recuerdo tu poema sobre el silencio. Pero casi pienso en este caso que son mejores los fuegos, aún a riesgo de no controlarlos, que los páramos inertes ;)
EliminarGracias y un abrazo Luna =)
Tienes razón! me ha encantado tu respuesta! UN abrazo!
EliminarLa razón siempre se abre camino a través del estallido de la luz, aun cuando ésta, sea el resultado de un mutismo de fuegos cruzados…
ResponderEliminarTus versos siempre dan que pensar… y latir…
Un placer, querido amigo.
Bsoss enormes, y muy feliz noche.
Y tus palabras son siempre tan certeras Ginebra =)
EliminarNo hay material lo bastante opaco para guardar ese estallido perpetuamente... pero la meta es alcanzarlo en un tiempo bastante más cercano que el fin de la perpetuidad ;)
Muchas gracias, un abrazo =)