Sé como ser - perfectamente -
los junios en cada invierno.
Y cuando llega agosto
crecen mis hierbas escuálidas
- cuando consiguen hacerlo -,
anidan las víboras en los cauces
de mis ríos que se debaten
entre la muerte y la pausa,
y pasan de largo
los estorninos que nunca estaban.
¿Y en qué se quedó mi Sol?
¿Y dónde escondí tu nieve?
Aguardaré esparcido en los horizontes
de la promesa exhausta y enjuta
a que decidan los años correctos
enseñar a ser cuando toca,
o a que aprendan si no en su falta
las tormentas más transgresoras
a ahogar los julios.
Me gusta mucho :) le doy una interpretación extraña, pero me gusta
ResponderEliminarHmmm... extraña tipo? ;)
EliminarSaber (se) ser, desde cada latido… Más allá de espacio y tiempo… Combatiendo inclemencias y elementos…
ResponderEliminarHermoso y sugerente… Incita a la reflexión del Ser que nos habita y (re) surge, en cada etapa de la vida…
Un placer leerte, mi querido amigo.
Bsoss y abrazos, y feliz tarde.
Son preciosas tus palabras Ginebra, un placer recibirte =)
Eliminar(Re)surge en cada etapa, pero genuinamente inexperto en cada una. No hay moraleja (por fortuna) que sirva de clave para todas ellas =)
¡Un abrazo!
Enseñar a ser cuando toca, en todos los sentidos, es profundo el poema. Me gusta mucho. Abrazo
ResponderEliminarMuchísimas gracias Alicia =)
Eliminar¡Un abrazo!
me ha dejado un sabor amargo, digno de un buen poema :).
ResponderEliminarsaludos
Muchas gracias Michelle =) Me alegra verte por aquí
Eliminar¡Un abrazo!