Se divorcia la fe de la indigencia
abrazada en conatos redentores
de pecados carentes de deudores
por su exigua o nonata consecuencia.
Se extravía la imberbe reticencia
a la ausencia de sombra en los albores,
que ataviados de miel y de rubores
desarropan la incólume invigencia.
Liberado del dogma recitado
se desprende el lastrado cautiverio
adherido a la fausta coincidencia,
y se muda el profeta retirado
- cautivado - al exótico hemisferio
donde impera prudente la imprudencia.
Y cual gota en su más pura y nítida danza… bailan tus versos, sabios y certeros…
ResponderEliminarUn placer leerte de nuevo, amigo.
Bsoss, y feliz noche.
Un placer tenerte de vuelta Ginebra =)
EliminarUn abrazo!