jueves, 22 de noviembre de 2012

Maldición pirata


Cadáveres por doquier.
Cañones emancipados
bajo olas por alquiler.
Cascotes resquebrajados
flotando desamparados,
retoños de una corriente
que viste burlescamente
de mar a los desterrados.

Mil sueños tergiversados.
Mil lienzos sobre batidas
por sangre malterminados.
Mil trampas inadvertidas,
mil hitos de sumergidas
leyendas filibusteras,
vil vivir, muertes austeras,
arma, mano y fe podridas.

Estampas boquitorcidas
fundidas en ley cerrojo
que secuelas consabidas
dicta Dios, divino antojo:
“Mortales de vacuo arrojo
en pos de ajenos altares:
quien busque reinar los mares
los ha de teñir de rojo”.

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